EL JARAMA
RAFAEL SÁNCHEZ
FERLOSIO
Austral Editorial,
Barcelona, 2013
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Desde luego madruga el tío más que nadie. Por muy
temprano que pases, te lo ves allí siempre, a vueltas con la fruta. Así ya
puede estar aquello en condiciones. Eso, las plantas lo agradecen, el que uno
se moleste por ellas. La gente esta, los alemanes quiero decir, tienen que ser
muy trabajadores todos ellos. Ya ves tú, con sesenta y cinco o cerca de setenta
que debe de tener el hombre este. Por eso se explica uno el que Alemania haya sido
lo que ha sido y esté volviéndolo a ser, en el momento que le han dejado las
manos un poco sueltas.
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Ya; ¡parecido a nosotros…!
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Desde luego; por la otra punta. Ejemplo deberíamos de
tomar en muchas cosas; sin que se quieran poner comparaciones. En eso mismo que
tú dices, ya ves, del agradecimiento.
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Que nada, que son otras costumbres, no hay que darle
vueltas; que es otra educación muy distinta la que tienen. Y la perseverancia
para todo. Aquí todo lo hacemos por las buenas, a tenor del capricho momentáneo.
Y mañana ya estamos cansados.
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Claro, es un tesón y una constancia que aquí no lo hay.
Hay otras cualidades, tampoco vas a negar; pero de eso de un día y otro y pun
pun y dale que te pego… de eso nada, fíjate, ni noción. Aquí no hay nada de
eso; la ventolera y listo el bote. Pág. 143
